Así como se actualiza la forma de enseñar, de aprender y las herramientas para este fin. También se debe actualizar la forma de evaluar. Los niños y jóvenes por estos días son más curiosos por todo lo que los rodea, no aceptan o un sí o un no sin alguna justificación, debe haber un porqué. No aceptan como excusa la frase común de los adultos “porque yo lo digo”. No, ya no es así, pues ellos pueden con un solo clic conocer el porqué de las cosas.

Lo mismo pasa con la forma de evaluar, con la evolución tecnológica y educativa. No solo puede haber ceros y cincos, la forma de evaluar debe ir más allá y dejar de ahondar solamente en los temas cognitivos, para centrarse también en los cualitativos. Profundizando en el ser y en la participación entre los estudiantes y los profesores.

En este 2019 tomarán fuerza varios tipos de evaluación en las aulas estudiantiles como:

Diarios de aprendizaje:

Es muy parecido a un diario personal pero en cambio, se apuntan las experiencias, sentimientos, opiniones, reflexiones y aspiraciones frente a lo que se aprende diariamente en las aulas escolares.

Lo ideal de esta técnica es que no solo se evalúa la percepción del estudiante frente a lo aprendido en la clase, también se evalúa al profesor y su metodología para enseñar.

Evaluación 360:

Consiste en evaluar de manera creativa, visual y participativa el nivel de aprendizaje que obtienen los estudiantes con una materia específica; con niveles y colores, demostrar cuál fue el nivel alcanzado de conocimiento.

Sin embargo, gracias a los avances tecnológicos, la creatividad para evaluar está abierta y lo importante es que más allá de superar un logro, se construya a la persona.