El acontecimiento sucedió a finales del siglo XVIII, cuando el inventor francés Jean Paul Blanchard fue invitado a Philadelphia, para realizar una demostración de su invento más reciente, el globo aerostático, en la Plaza de la Independencia. Aquello revolucionó la historia de los vuelos en Estados Unidos , pues era el primer objeto conocido, en aquel entonces, que ascendía con éxito. 

El globo alcanzó una altura de 364 metros. Fue un sueño hecho realidad para muchos, especialmente para el presidente George Washington, quien presenció la escena con tal deleite, que lo detalló al contar la historia. Sin embargo, aquel no fue el primer vuelo que vio la humanidad. 

El 4 de junio de 1783 los hermanos Montgolfier, oriundos de Avignon, Francia, volaron con el invento del globo, realizado por ellos, por los cielos de Francia, revolucionando la historia del transporte aéreo. 

La proeza de la conquista de los cielos fue la inspiración para varios artistas del siglo XIX y el siglo XX. Los escritores, también, se inspiraron para crear obras como La vuelta al mundo en 80 días y 5 semanas en globo, ambas de Julio Verne; El viaje en globo del ingeniero Andrée, de Olof Sundman, y La aventura sin par de un tal Hans Pfaall de Edgar Allan Poe. 

Hoy en día, volar por los cielos es posible, pero no lo hubiera sido de no haber sido por los hombres que se atrevieron a soñar con conquistar las alturas.  

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