Colombia
“La pandemia ha presentado innumerables retos para el sector educativo en el mundo” (Radio Nacional). Según datos del Ministerio de Educación y el ICFES de Colombia, en 2018, hay aproximadamente 10 millones de estudiantes matriculados en preescolar, primaria y básica secundaria, de los cuales el 81% estudian en colegios públicos y el 96% de los municipios del país no tiene acceso suficiente a internet o a un computador.
“La brecha educativa entre lo público y lo privado se refleja cuando los estudiantes de los colegios oficiales obtienen en promedio menor puntaje global que los colegios privados en la prueba requisito para la entrada a la educación superior” (ICFES, Examen Saber 2019).
“En los últimos cinco años, el sector editorial ha vivido grandes transformaciones que hoy se ven reflejadas en entornos de formación que incluyen, además, nuevas metodologías accesibles a los estudiantes y maestros. También hace falta un acompañamiento formal por parte de expertos, quienes desde distintas áreas del conocimiento están preparados para guiar los procesos de formación de toda la comunidad educativa”, afirma Enrique González Villa, presidente ejecutivo de la Cámara Colombiana del Libro.
Asimismo, Gonzáles resalta la importancia de consolidar rutas de aprendizaje y metodologías en las que se haga uso de los materiales y recursos educativos de calidad, teniendo en cuenta a las editoriales, maestros y demás equipos interdisciplinarios, para que, juntos, apoyen a sus estudiantes en las distintas áreas del conocimiento.
“En 2019, en Colombia, la industria editorial facturó 798.838 millones de pesos de los cuales 33,4% correspondían a libros didácticos, categoría en la cual se encuentran los textos escolares, los libros de interés general con un 38,3%, los del subsector Técnico y científico con un 21,4%, y el subsector religioso con un 6,9%”, afirma González.
No obstante, según el funcionario, las compras públicas de textos escolares no son lo suficientemente relevantes, ya que en 2019 el monto alcanzó los 33.636 millones de pesos, adquiridos de la industria editorial. “Este valor representa el 4.2% de las ventas del sector, cifra lejana del 40% y el 50% que representa la venta de la industria editorial al Estado en otros países de América Latina”. (Radio Nacional de Colombia)
Según la Unesco, “la cantidad de dinero que un país destina a materiales y recursos didácticos es un buen indicador de su compromiso de ofrecer una educación de calidad para todos”, en lo cual coincide la UNICEF-PNUD en el documento ‘Covid-19 y educación primaria y secundaria: repercusiones de la crisis e implicaciones de política pública para América Latina y el Caribe’. La disponibilidad de textos y materiales educativos necesarios para continuar con los procesos de aprendizaje debe ser asegurada.
“Libro y biblioteca son palabras claves en la construcción de cultura y educación y para ello es indispensable que, desde el Gobierno Nacional, haya una política clara para la dotación de materiales y recursos educativos en las aulas. Estos meses nos han demostrado que los estudiantes deben contar de manera permanente con las herramientas necesarias, no solo en el aula, sino también en sus hogares”, añade el director de la Cámara Colombiana del libro.
De igual forma, González dice que disponer de textos y recursos educativos debe ser una política de Estado, no sólo para garantizar una educación equitativa, sino porque es una forma de fortalecer la sociedad y evitar las disputas por las diferencias. “No podemos seguir permitiendo que la brecha educativa siga creciendo”, finaliza.
Fuente: Radio Nacional de Colombia