El 8 de marzo no solo conmemoramos la tragedia de las 146 mujeres que murieron calcinadas en una fábrica en Wyoming, Estados Unidos. También reconocemos los logros de cientos de niñas, jóvenes y adultas que han luchado a lo largo de la historia por una resma de ideales que se unen en la igualdad de género. 

¿Quién se dio cuenta de un derecho tan importante? 

Esa persona provenía de Francia: cuna de las ideas revolucionarias, del arte y de la libertad de pensamiento. Formó parte del movimiento Preciosista, que constaba principalmente en la unión de hombres y mujeres en los llamados “salones literarios”, donde realizaban tertulias y compartían sus opiniones. Durante esos eventos, frecuentados por filósofos ilustrados como Balzac y Richelieu, se llegaron a discutir textos como “El libro de la ciudad de las damas” y el “Libro de las virtudes”, escritos por Christine de Pizan, de donde surgieron las ideas que inspiraron a este personaje para escribir: 

• “De la igualdad de los sexos”, que desmonta los prejuicios hacia la mujer, creados por el peso de la tradición. 

• “De la educación de las damas”, que afirma que tanto hombres como mujeres pueden desarrollarse intelectualmente por igual. 

• “De la excelencia de los hombres contra la igualdad de los sexos”: su mejor obra, en la cual refutó todos y cada uno de los argumentos usados por el hombre para declarar su supremacía sobre la mujer. 

Esa persona fue Francoise Poullaine de la Barre, un sacerdote católico convertido al calvinismo, que comenzó a apoyar una causa que nunca pudo conocer. 

Retrato de Francoise Poullaine de la Barre, siglo XVII, anónimo. 

Aunque su obra fue criticada y prohibida por los altos mandatarios de la época, sus ideas recorrieron las mentes más abiertas de la Francia del siglo XVIII hasta la llegada de uno de los momentos más importantes de la historia de la humanidad: la Revolución Francesa. 

Tras la aprobación de “Los derechos del hombre y del ciudadano” por parte del rey Luis XVI y de la Asamblea Nacional, en el año 1789, el diputado Nicolás de Condorcet intentó en vano extender los derechos a las mujeres en 1790. 

No obstante, su fracaso no fue impedimento para que Olympe de Gauges, nacida como Marie Gouze, tomara la pluma, el papel, las ideas transformadoras de la Barre, y escribiera su propia versión de los derechos del hombre, titulada “Los derechos de la mujer y de la ciudadana”. En ellos no solo se incluyó la libertad de la mujer para expresarse, decidir sobre sí mismas — en defensa de las mujeres que sufrían maltrato de sus maridos, o que eran forzadas a contraer nupcias—,  y participar en la tribuna. Se aseguró de exponer en sus artículos la justicia laboral para con las mujeres, y defendió a las madres solteras y a sus hijos e hijas, para que fueran reconocidos por sus padres. 

Retrato de Olympe de Gouges (1748 - 1793), por Alexander Kucharsky. Recuperado de Biografías y vidas.

Al ser hija de un aristócrata que no la quiso reconocer, uno de sus principales propósitos fue salvaguardar la infancia, sin importar que ella no estuviera interesada en tener descendencia.

Tristemente, su osadía fue castigada con la muerte en noviembre de 1793, y “Los derechos de la mujer y la ciudadana” quedaron en el olvido. 

De Francia para Inglaterra

En Inglaterra, Mary Wollstonecraft, madre de la escritora Mary Shelley, inspirada por los ideales de liberación de Francia, dio a conocer su Vindicación de los derechos de la mujer, una propuesta que incluía un nuevo derecho que Olympe olvidó colocar en su tratado. 

Retrato de Mary Wollstonecraft, por John Opie (1797). Recuperado de El Español (2022).

Criada para ser una dama culta en una familia disfuncional, debido a la relación estrecha entre su padre y el alcohol, el mayor sueño de Mary fue convertirse en maestra. Lo logró tras abrir, con ayuda de sus hermanas y el apoyo económico de su amiga Fanny Blood, una escuela para señoritas en cuyas aulas no solo enseñaban lo mismo que en otras instituciones femeninas de la época (música, dibujo y costura), sino también gramática, aritmética, historia, geografía y lengua francesa.

Este abanico de saberes no habría sido posible sin la ayuda del marqués de Condorcet —el mismo hombre que apoyaba los derechos de las mujeres en la Francia revolucionaria—, y el sacerdote disidente de la Iglesia anglicana Richard Price. 

No obstante, un giro del destino le arrebató su sueño, y la guió por un camino distinto que la llevó a Francia. Allí, rodeada de mujeres luchadoras, quiso participar con sus ideas sobre la educación de la mujer; no lo logró. 

Murió siendo madre de la creadora de Frankenstein, a quien ni siquiera pudo acompañar en su juventud ni adultez.

El filósofo que apoyó los inicios de una causa

John Stuart Mill, otro británico enamorado de la liberación femenina, escribió junto a su esposa Harriet Taylor, uno de los escritos pre feministas más importantes del siglo XIX: “El tratado de la esclavitud femenina”. Partía de una de las premisas que defendió Olympe en su momento, relacionada principalmente con el derecho de las mujeres a votar, a educarse y a elegir contraer matrimonio. 

Foto de John Stuart por la compañía London Stereoscopic (1870). Recuperado de swashvillage.org. (2022)

Convencido de su causa, presentó en 1866 una enmienda al Parlamento británico a favor del voto femenino, firmado por más de mil quinientas mujeres. Tras ser rechazado, decidió, al año siguiente, cometer el primer acto de lenguaje inclusivo en un debate electoral,  al proponer cambiar la palabra “hombre” por la de “persona”, dando por hecho que cualquiera, fuera del sexo masculino o femenino, tenía derecho a votar. 

Sus acciones inspiraron a las primeras sufragistas femeninas, para luchar por los ideales de igualdad de género que tantos hombres y mujeres quisieron ver convertidos en una realidad. 

La igualdad de género, la maternidad y la infancia digna

Una de las últimas personas en apoyar la igualdad de género, antes de que formara parte del movimiento feminista, fue la primera doctora en derecho de la historia: Sarmiza Bilcescu. Obtuvo su título en la misma universidad de la que se graduó la líder y filósofa feminista Simone de Beauvoir, la Universidad Sorbona de París. 

Fotografía de Sarmiza Bilcescu, anónimo. Wikimedia Commons (2022). 

A pesar de las trabas impuestas por los directores y los estudiantes masculinos, logró graduarse en 1887 y, tres años después, en 1890, consiguió su doctorado tras la presentación de su tésis: La condición jurídica de la madre. 

El apoyo que su propia madre le dio, unido a las condiciones lamentables en las que vivían otras madres de la época, le hizo caer en cuenta de la importancia de la figura materna dentro de la sociedad. Ellas tenían el deber de enseñar a sus hijos e hijas antes de soltarlos al mundo. Sin embargo, no todas poseían los mismos lujos con los que había contado su familia, por lo que debían entregarse a los horarios extenuantes de las fábricas con el fin de llevar alimento a casa. 

De la injusticia laboral nació una de sus propuestas más importantes: brindar horarios flexibles y sueldos mejores a las madres, para que pudieran llegar a casa y preparar a sus hijos e hijas para afrontar los retos del mundo con valores. 

Aunque no pudo continuar ejerciendo su profesión tras casarse, Sarmiza continuó defendiendo los derechos de las mujeres y las madres. Fundó, junto con otras mujeres de su época, la Sociedad Rumana de Señoritas, cuyo principal propósito fue el de promover la educación igualitaria para niños y niñas. 

Bibliografía: 

Gonzalvo, P., 2008. Obras feministas de François Poulain de la Barre (1647-1723) | Revista de la Universidad de México . [en línea] Revista de la Universidad de México. Disponible en: <https://www.revistadelauniversidad.mx/articles/05774dee-90fa-4ffd-a1dc-fdad3c8066a7/obras-feministas-de-francois-poulain-de-la-barre-(1647-1723)> [Consultado 8 de marzo de 2022].

Biografiasyvidas.com. 2022. Biografía de Olimpia de Gouges . [en línea] Disponible en: <https://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/gouges.htm> [Consultado el 8 de marzo de 2022].

Ramírez, G., 2015. LA DECLARACIÓN DE DERECHOS DE LA MUJER DE OLYMPE DE GOUGES 1791: ¿UNA DECLARACIÓN DE SEGUNDA CLASE? . [en línea] Catedraunescodh.unam.mx. Disponible en: <https://catedraunescodh.unam.mx/catedra/catedra/materiales/u1_cuaderno2_trabajo.pdf> [Consultado el 8 de marzo de 2022].

Ferrer, S., 2015. La primera abogada, Sarmiza Bilcescu (1867-1935) . [en línea] Mujeresenlahistoria.com. Disponible en: <https://www.mujeresenlahistoria.com/2015/01/la-primera-abogada-sarmiza-bilcescu.html> [Consultado el 8 de marzo de 2022].

Galeana, P., 2020. La desigualdad de género: orígenes y factores de subsistencia . [en línea] El Tiempo. Disponible en: <https://www.eltiempo.com/vida/mujeres/la-desigualdad-de-genero-origenes-y-factores-de-subsistencia-470374#:~:text=Al%20final%20de%20la %20Segunda,para%20incluir%20a%20las%20mujeres.> [Consultado el 8 de marzo de 2022].

Miras, E., 2017. Stuart Mill, la feminista que retó a la moral victoriana . [en línea] abc. Disponible en: <https://www.abc.es/historia/abci-stuart-mill-feminista-reto-moral-victoriana-201710301634_noticia.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.abc.es%2Fhistoria% 2Fabci-stuart-mill-feminista-reto-moral-victoriana-201710301634_noticia.html> [Consultado el 8 de marzo de 2022].

Queralt, M., 2019. El feminismo pionero de Mary Wollstonecraft . [en línea] La Vanguardia. Disponible en: <https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20191115/471570934624/mary-wollstonecraft-la-feminista-desafiante.html> [Consultado el 8 de marzo de 2022].

Gordillo, P., 2018. Preciosismo, primeras luces feministas. - Revista Mundo Diners . [en línea] Revista Mundo Diners. Disponible en: <https://revistamundodiners.com/preciosismo-primeras-luces-feministas/> [Consultado el 8 de marzo de 2022].