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Reflexión:
Los problemas que vivimos en los tiempos actuales en cualquiera de los órdenes (político, económico, social, cultural) no están desligados de la religión. Antes bien, resulta paradójico que un país como Colombia, que se profesa altamente religioso – y, si se quiere, muy católico - tenga unos índices tan altos de pobreza, inequidad, corrupción y exclusión. Tales índices denotan una escisión entre la fe y la vida, la ciencia y la cultura.
En este sentido, viene bien repensar lo que estamos haciendo en la escuela y, de manera específica, en la educación religiosa en su cometido de comprender lo religioso pero, igualmente, de formar la dimensión trascendente del ser humano tanto en su expresión religiosa como espiritual. En otras palabras, una apuesta por una formación que considere seriamente dicha dimensión podría ser la clave para que ocurra un “florecimiento de lo humano” en todos los niveles. Y, aunque varias propuestas son posibles, consideramos que el Evangelio, en cuanto propuesta de vida, posee elementos valiosos que, integrados al currículo educativo, pueden potenciar lo humano para lograr un sujeto realizado porque ha restablecido su relación con Dios, promueve una sociedad más justa y cuida de la creación de la cual forma parte.
Por: Dr. José Luis meza Rueda
Píldora reflexión y educación:
Lecturas para reflexionar:
