Colombia
El 12 de octubre de 1492, el explorador italiano Cristóbal Colón arribó accidentalmente a América. Su plan, partiendo desde la premisa de que la tierra era redonda, era encontrar una nueva ruta de comercio con la India, pero el destino lo llevó a un lugar completamente diferente.
Tras morir sin saber que había descubierto un nuevo continente, dejó la puerta abierta a diferentes conquistadores europeos, provenientes de reinos importantes como Gran Bretaña, Portugal, Francia, España, Holanda, Alemania, entre otros. De ellos, quienes obtuvieron la mayor cantidad de territorios americanos fueron los españoles.
Desde el suroeste de Estados Unidos, México y el Caribe, pasando por Centroamérica hasta la mayor parte de Sudamérica y parte de la costa Noroeste de Norteamérica, los conquistadores hispanohablantes extendieron sus conocimientos de diversas formas entre las tribus nativas.
Aunque el idioma que hablamos hoy en día pertenece a nuestros antepasados europeos, algunos nombres y palabras que usamos a diario son, en realidad, de origen indígena. Algunas de estas son:
Se trata de un término utilizado por los muiscas para referirse a las mujeres más hermosas y no a las señoras de mayor edad, como sucede en el lenguaje coloquial.
Para nuestros ancestros, el “chuzo” no era un lugar ni un tipo de comida rápida, sino un arma. De este vocablo se deriva, también, el término informal “chuzar”, que significa herir o apuñalar a alguien con un objeto cortopunzante.
No solo se trata de la palabra que da nombre a uno de los desayunos típicos de Colombia, hecho a base de leche, huevo, cilantro y cebolla. También es una receta mestiza, fruto de la mezcla entre la culinaria española y la muisca.
Si bien es cierto que relacionamos este vocablo aparentemente coloquial con una persona violenta y grosera, para los muiscas representaba a alguien valiente y dispuesto a luchar por su tribu: un guerrero.
Expresiones como “totearse de la risa”, para referirse a que alguien ríe a carcajadas, o “se toteó la cabeza”, para señalar que se ha sufrido un golpe muy fuerte, son muy comunes. Sin embargo, los muiscas solían utilizar este término para referirse a que algo se había quebrado o reventado tras un fuerte impacto.
Sin saberlo, las lenguas de nuestros ancestros indígenas siguen presentes en el español que hablamos actualmente en Colombia.
Fuente: Matador Network